domingo, 14 de diciembre de 2008

3. Un niño que va creciendo y va perdiendo.

Estaba casi al final de quinto de Primaria, algunas sensaciones en mi cambiaban, los chicos de mi salón comenzaban a tener novias, las chicas y los chicos dejaban de pelearse, ahora comenzaban a abrazarse.
Comenzaban las fiestas, la música de moda, los bailes, y también esos incones en la barriga cuando veías a alguna chica especial.

Fue en esa época cuando conocí a Gabriela, una chica de sexto grado, que curiosamente, venia a ser mi tía.
Gabriela me hizo conocer parte de este mundo del crecimiento, me enseñó la música que estaba de moda, me dijo como bailar en una fiesta, y también, un día me dijo que yo le gustaba. Ella también me gustaba, y mucho, pero yo no sabía que hacer, no sabia que decirle, tenia miedo de confesarle, que, yo también me sentía atraído por ella, que poco a poco, ella se fue distanciando de mi y yo de ella, me fue gustando menos, pero marco mi timidez al extremo, marco algo terrible para mi, marco un miedo a decir ciertas cosas, del cual padezco hasta el día de hoy.





Durante la época que frecuente mucho a Gabriela, ella me enseño algo de música, de música de moda, de aquella que se bailaba en las fiestas, de cómo bailar esa música.

Yo me sentía un poco mal, pues, esa música, no me producía ningún tipo de sensación, me era irrelevante, hasta me causaba vergüenza.
Yo tenia miedo, miedo a no ser como todos, me sentía diferente y eso me asustaba, yo quería aceptado, no quería ser la oveja negra, no quería vivir de otra manera, poco a poco, en el colegio me aceptaban más, no quería malograr mi avance, con mis tonterías, tenia que encontrar la manera de ser igual a todos, pero no tenia idea de cómo lograrlo.

Estoy un poco sordo, y un poco ciego, ¿me estaré quedando? ¿Desefectivisado?, la música que escuchan todos, yo no la escucho, y esta sonando
El Otro Yo


Para el final de ese año, yo ya casi ni me hablaba con Gabriela y me había hecho conocido entre las chicas de mi promoción y la promoción de sexto grado, gracias a que yo era hermano de ese lindo chiquito pelirrojito por el cual todas morían.

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